- Juan Carlos, acompañe esos ravioles con una jarra de vino.
- ...
- ¿Está bien, Juan Carlos?
Don Atilio se asoma a la cocina mientras espera sus ravioles con estofado. Sirve vino de la jarra, que siempre deja caer unas gotas por sus bordes para marcar huellas circulares en la mesa.
- Sí, estoy bien. Pero no sé qué me pasa. - dice Juan Carlos mientras decide servir un pedazo extra de carne para don Atilio.
- Se lo ve enfermo.
- No, no es eso. Hoy siento como si yo no fuera yo. Más bien, sin ganas de ser yo.
- Déjeme decirle algo, Juan Carlos. Usté ya debería saber que de vez en cuando la birra...nos gasta una broma...y nos despertamos sin saber qué pasa.
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