- La rubia era un poema, le digo.
Don Atilio mira la botella, inclina el vaso y mientras sirve disfruta de la humedad fría que cubre el vidrio.
- ¿Pero cuánto tiempo estuvo con esa mujer, Don Atilio?
- No mucho. Un mes, tal vez dos. Pero, ¿sabe Juan Carlos?, cuando salí por aquella puerta supe que mi birra ya no era la misma.
miércoles, 20 de junio de 2007
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