domingo, 24 de junio de 2007

¿Dónde queda la muerte?

- Don Atilio, debería cuidarse más.
- ...
- Sé que suena feo, pero si no se cuida está eligiendo un camino a la muerte.
- ...
- ...
Don Atilio apura el vaso, como si tuviera algún compromiso al que no quiere llegar tarde.
- ¿Y dónde queda esa muerte que a usté le da tanto miedo, Juan Carlos?
- La muerte queda en un lugar donde no hay birra, Don Atilio.

jueves, 21 de junio de 2007

¿Dónde estoy? ¿Qué día es? ¿Quién soy?

- Juan Carlos, acompañe esos ravioles con una jarra de vino.
- ...
- ¿Está bien, Juan Carlos?
Don Atilio se asoma a la cocina mientras espera sus ravioles con estofado. Sirve vino de la jarra, que siempre deja caer unas gotas por sus bordes para marcar huellas circulares en la mesa.
- Sí, estoy bien. Pero no sé qué me pasa. - dice Juan Carlos mientras decide servir un pedazo extra de carne para don Atilio.
- Se lo ve enfermo.
- No, no es eso. Hoy siento como si yo no fuera yo. Más bien, sin ganas de ser yo.
- Déjeme decirle algo, Juan Carlos. Usté ya debería saber que de vez en cuando la birra...nos gasta una broma...y nos despertamos sin saber qué pasa.

Nada es gratis

-¿Y después qué pasó, Don Atilio?
Don Atilio se toma unos segundos para palpar el bolsillo interior izquierdo de su saco, donde lleva la billetera que guarda una carta: doce líneas que lo acompañan hace cuarenta años.
- Y después nada, la birra.
- Pero debe haber sido un terrible golpe para usté.
- Usté debe saber, Juan Carlos, que en este mundo nada es gratis.
- ...
- La birra se paga con lágrimas.

miércoles, 20 de junio de 2007

Antes y Después

- La rubia era un poema, le digo.
Don Atilio mira la botella, inclina el vaso y mientras sirve disfruta de la humedad fría que cubre el vidrio.
- ¿Pero cuánto tiempo estuvo con esa mujer, Don Atilio?
- No mucho. Un mes, tal vez dos. Pero, ¿sabe Juan Carlos?, cuando salí por aquella puerta supe que mi birra ya no era la misma.

Quesa bidurria

- Gracias por sus consejos, Don Atilio.
- Andá, pibe. Y cuidate.

Juan Carlos esperó que el joven saliera del bar antes de acercarse a Don Atilio, que se apoyaba en la barra.

- Qué sabio que es usté, Don Atilio. Se ve que estudió mucho.
- Sí, estudié, pero no es a la Academia a quien hay que agradacerle sino a la birra, que me ha dado tanto, me ha dado la dicha y me ha dado el llanto.

martes, 19 de junio de 2007

Lentejas

- ¿Está seguro, don Atilio? Ya se comió dos platos, mire que después le cae mal.
- No se preocupe, Juan Carlos, usté tráigame otro guiso de lentejas.
- Bueno, le traigo un poco.
- No se olvide del chorizo colorado - don Atilio se miró entre las botellas que cubrían el espejo y agregó en voz baja: - que la birra es corta.

lunes, 18 de junio de 2007

Todo se termina en el antúltimo trago.

Juan Carlos mantenía el vaso de ginebra aferrado a la mano derecha, su mirada recorría la barra, más allá de Don Atilio, hacia la puerta de calle. Sólo necesitó un trago para terminar lo que quedaba de su bebida. Incrédulo de su mala suerte, miró el vaso antes de volver a inclinarlo sobre su boca.

- Cuánto sufrimiento, Don Atilio.

- Esto no es birra, Juan Carlos.

Introducción

Abrimos este blog para servir de guías en tan difícil encrucijada. Sabemos que las palabras adecuadas en los momentos justos pueden hacer toda la diferencia, así que aquí los acercamos a un camino desde donde se puede apreciar la relación íntima entre lo dorado del elixir y el dolor de existir.